VALDORRIA


“Valdorria no es un pueblo; es una aparición. Tras la larga subida desde Nocedo, la visión de este pueblo perdido entre montañas puede llegarle a parecer al que lo ve por vez primera un sueño o un espejismo o una ilusión. Las casas de Valdorria cuelgan sobre el vacío de un vertiginoso y complicado laberinto mediante el cual consiguen finalmente no caerse rodando hasta el barranco. Los tejados de unas se apoyan sobre las otras, las calles pasan rozando los huecos de los postigos y los árboles de los huertos ven madurar su fruta justo enfrente de la puerta de la casa del vecino. Tras los portones viejos, el silencio se espesa como polvo en los corrales y, en los tejados rotos, el musgo crece fuerte, alimentado por las nieves del invierno, y por el sol y las lluvias de los veranos“ .
(“El río del olvido“. Julio Llamazares)

La cita resulta tan necesaria como definitiva, para acercarse al paisaje de Valdorria, pueblo que se sitúa fuera de toda ponderación. Valdorria (1.340 m de altitud) es, junto con Correcillas, la espina dorsal de la caliza, el paraje en que magia y soledad se solidifican al blanco de las cumbres, bajo tutela de la Peña Valdorria.

El paisaje invernal lo rememora bellamente su cancionero autóctono:
“¡Qué bien parece la nieve en lo más alto del puerto…”!

Y su baile ancestral de ´Las Carrampliñas´ se diferencia de todos los demás, ya que
"A la vuelta, a la vuelta la vi, que este baile no se baila así…”

De sus célebres ´Titos´ solo diremos que se han convertido en modelo de cuanto es duro de cocer, o de pelar.

Sus viejas Ordenanzas de hace trescientos años aún serían hoy válidas, si la gente no hubiera emprendido un viaje de difícil retorno. Son la belleza y la utilidad, en un solo texto, y se conservan en poder del presidente de la Junta Vecinal.

Honra como patrón de su parroquia a San Ramón, cuya fiesta celebra el 31 de agosto, y en ese día el párroco oficia Misa con el cáliz de plata, obsequio de la Infanta de Castilla y Princesa de Portugal, doña Juana de Austria (hermana del rey Felipe II), en 1573. También celebra, por supuesto, la Rogativa de San Froilán, el día 1 de mayo subiendo al santo en procesión desde Valdepiélago.

A la salida del pueblo, rumbo sudeste, se halla ´La Peña el Santo´, así como la cueva en que se retiró como anacoreta, junto con San Genadio. También la ermita-mirador, sobre el desplome del río Valdorria, que dice la leyenda edificó Froilán con la ayuda de un lobo y a indicación de una paloma. Son hermosas alegorías medievales, que circularon por el cercano paraje de Valdecésar (hoy día ´Vacesal´), donde llegaron a convivir hasta tres monasterios, antes de que sus moradores se retiraran hacia el sur, a colonizar nuevas tierras tomadas a los moros.

Para llegar hasta la ermita era preciso subir un peldaño por cada día del año, si la memoria no es infiel. Quizás el tiempo borró algunos, pero el ascenso se mantiene como una empresa ardua, tras cuyo éxito se asiste a una visión completa de estas geografías desmesuradas.

Fuente: http://www.aytovaldepielago.es/los-pueblos/valdorria.html